domingo, 21 de junio de 2009

secuelas que me ha dejado Battle Royale

utopía o utopia.
(Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no existe).

1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.

Una distopía1 es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia (frecuentemente emplazada en el futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos.

Partiendo de este punto, por fin he hecho algo que tenía pendiente desde hace unos años. Concretamente casi 10.

Si bien, estoy totalmente en contra de la violencia, y más aún de la violencia gratuita, también pienso, que inevitablemente el hombre tiene ciertas pulsiones que le llevan a actuar como actúa, y entre ellas está la violencia, inevitablemente.

Todo lo que hacemos, vivimos, expresamos, tiene en menor o mayor medida, una carga de violencia. La violencia física se ha ido traduciendo en violencia sentimental, que en el ser humano de las sociedades postindustriales poco a poco se ha ido acrecentando en función de un decrecimiento de lo físico. Una violencia podría decirse, mental.

Desde hacía mucho tiempo había escuchado hablar de Battle Royale, pero mis prejuicios me habían llevado a ir postergando este momento. Si bien, mi fascinación por este tipo de género distópico crece por momentos. No creo que la sociedad vaya ni a mejor ni a peor, pero considero que la evolución siempre será hacia un estado desconocido. Ahora que el ser humano es más consciente de su existencia, puede posibilitar la recreación de realidades paralelas, utópicas o distópicas, pero nunca nada será ni tan bueno ni tan malo como lo que se piense, simplemente será diferente.

Lo que nunca va a cambiar son las pulsiones e instintos de supervivencia, puesto que somos al fin y al cabo animales con inteligencia, pero animales, mamíferos, con nuestros deseos, anhelos, aspiraciones en la vida.

En Battle Royale una serie de personas son sometidas a un castigo que es un premio. Se les ofrece la posibilidad de luchar por sus vidas, de una manera muy drástica, pero al fin y al cabo justa. Quien sobreviva, es porque merece hacerlo. Porque utiliza al máximo todas sus herramientas de supervivencia. No solamente armas, u objetos, o fuerza y capacidades físicas, sino sobre todo nuestra arma más potente, importante y difícil de utilizar, la inteligencia, nuestro cerebro.

Muchas veces nos olvidamos de que estamos en el mundo no sólo gracias a nuestros antepasados cercanos, padres, abuelos, bisabuelos, si me apuráis. Somos el fruto de una serie de selecciones naturales, que nos guste o no, hacen que estemos aquí, personas que han luchado de una u otra manera por sobrevivir. Probablemente algunos hayamos tengamos antepasados que han sobrevivido a guerras, enfermedades, hambrunas, peligros, mamuts, o id a saber el qué. Luchando, escapando, enfrentándose a sus problemas, todo para perpetuarse en nosotros.

En ocasiones no me siento muy digna de ser una descendiente de todas aquellas personas que han formado una memoria colectiva, y que han ido desarrollando nuestra especie. A menudo pienso que tanto yo como muchas personas de mi generación, de generaciones anteriores y generaciones posteriores, estamos desperdiciando nuestras vidas, que es el regalo más grande que se nos otorga al nacer.

Así, nuestra misión es construir un futuro en el que podamos hacer algo para los que vengan después, no destruir todo lo que nos han ido dejando. Por eso considero, que en parte, esta historia, basada en una novela muy polémica, contiene una sólida filosofía que todos tendríamos que plantearnos y aplicar.

Tengo un montón de pensamientos que quiero exponer, pero tendría que tener un cierto orden, y ahora mismo me llueven infinidad de cosas.

Muchos, la mayoría, pensaréis que se me está yendo la cabeza por decir, escribir estas cosas, pero las digo de todo corazón.

También creo que la película es demasiado sensiblera, y tiene momentos muy ácidos y sarcásticos, que critican a la sociedad japonesa, y me encanta que se critique a través de la parodia, y que cada uno de los planos estén tan estudiados, y premeditados, que aparentemente ofrezcan violencia gratuita que no lo es, y que esos chorros de sangre falsa, encierren un montón de ideas y reflexiones, que, si nos abstraemos de todo ello, y llegamos a lo más profundo, podamos llegar a coger lo que de verdad importa.

El fruto cosechado por nuestros antepasados.

No he visto la segunda parte, dicen que no está basada en el libro, y no sé en qué se habrán basado. También el libro dio lugar a la serie de mangas con el mismo nombre.

Hay muchas sociedades que plantean cosas de este tipo a través de su cine, su Literatura, su Arte, pero no sé por qué, siempre he pensado que los japoneses lo plasman de una manera cruda y real, pero verídica. Y que aunque a veces piense que su sociedad esté enferma, a veces siento que esa locura es más real que todo lo que en las sociedades occidentales se oculta tras las chorradas de igualdad y bienestar y ser feliz y todo esto.

No hay igualdad, todos somos diferentes, y en esa diferencia radica nuestra belleza, y en esa belleza tenemos que explotar nuestros recursos para sobrevivir, sin hacer daño a nadie, pero sin dejar que nos hagan daño. Y cosas por el estilo... No somos iguales, somos diferentes. En eso estoy segura, por mucho que me metan en la cabeza ñoñadas. No somos tan diferentes, tal vez, ni tan iguales. Siempre tenemos las dicotomías que nos hacen perder la cabeza. Como esta...

Pero no somos iguales, eso está claro, y en el ser diferentes está la gracia de vivir, y de utilizar nuestras cabecitas...

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